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martes, 17 de mayo de 2011

Ensaladas no tan 'saladas'


Se acerca el verano, época del año que despierta especialmente el interés por la figura. En realidad, no sólo las personas con un ojo en la báscula se preocupan por la dieta -entendida como la cantidad y calidad de alimentos que se ingieren-, también los que pretenden alcanzar mayor bienestar y salud la consideran.
Centrémonos en el más saludable de los alimentos que sirven: la ensalada. Pues bien, si usted pretende comer sano con una ensalada, haciendo un sacrificio o disfrutando de los tan ligeros vegetales.... puede estar equivocándose.
Partiendo de que un yogur suele tener alrededor de 80 Kilocalorías... ¿cuántas le asignamos a una inocente ensalada? Hagan sus apuestas... ¡que no acertarán!      
En McDonald's nos encontramos con varios tipos de ensaladas, entre las que la cantidad de Kcal varía enormemente (sin calcular la salsa escogida):
  • Ensalada de la Huerta (25 Kcal por ración) --> ésta sí se corresponde a la idea general sobre las ensaladas.
  • Ensalada Mediterránea (210 Kcal por ración) --> con atún, tomate, etc. 
  • Ensalada César con pollo crujiente: 315 Kcal por ración... preocupante este aumento de calorías
  • ...y la Ensalada Manhattan (con pollo crujiente, queso, maíz, etc.): ¡¡¡425 Kcal!!! ¡¡una ensalada!! Para que os hagáis una idea, tiene apenas 70 Kcal menos que un Big Mac. ¿Por qué es tan elevado el contenido calórico de esta ensalada?? (solución al final de la entrada)
Frente a esta cadena, existe la opción Burger King, cuyas ensaladas más tradicionales (Ensalada y Ensalada Delight) oscilan entre las 69 y las 175 Kcal, mientras que al añadir pollo a la parrilla o pollo crujiente, el aporte aumenta hasta 258 y 281 Kcal.

Así pues, no siempre apostar por lo que pensamos que es más ligero es acertado. Conviene dar la vuelta a las hojas y chequear qué estamos comiendo... pero ¿cómo lo podemos saber en los restaurantes que no nos proporcionan esta información nutricional?

Durante los últimos meses se ha producido un aumento de la clientela en los servicios de comida rápida, especialmente de gente joven. Desde las Ciencias de la naturaleza tenemos la oportunidad de colaborar en la educación para la salud y explicar a nuestros estudiantes (y también a nuestro entorno, amigos, familiares, etc.) de que no es oro todo lo que reluce. Porque comer bien y de forma saludable es mucho más que escoger ensalada frente a BigMac, o hacer dieta para entrar en el bikini-bañador. Ensaladas sí, pero sabiendo qué es lo que contienen, no vaya a ser que sean menos sanas de lo que pensamos.
Los más recientes estudios indican la importancia que tiene en nuestra salud el ambiente, incluido el aire que respiramos o la comida que ingerimos, cuyos efectos en los genes se denominan cambios epigenéticos y pueden tener efectos muy beneficiosos y por el contrario, perniciosos, en nuestra calidad de vida. Fijarnos en nuestra dieta es sencillo, y altamente recomendable para cualquiera, a cualquier edad.

Actividad propuesta para el alumnado:
elaborar un sencillo menú que consideren saludable a partir de los alimentos de los que disponen en su casa, y compararlo con otro creado con comida de una cadena de comida rápida como las mencionadas (en sus páginas web cuentan con la información nutricional), realizando una reflexión o debate posterior en el aula. O cualquier otro formato que creáis apropiado.

Solución: la clave está en el pollo añadido a las ensaladas, y su rebozado para que sea 'crujiente', sobre el que podemos pensar de qué ingredientes se compone.